Peligro en el jardín
A pesar de su nombre, la pulga verde o pulgón no tiene nada que ver con la pulga común. La pulga verde no salta sobre los animales ni produce ningún tipo de picadura. Sin embargo, al igual que ocurre con la pulga común, el pulgón tiene un pico especial que le permite perforar las plantas para succionar su savia.
Además, pueden transmitir virus y facilitan la aparición del hongo de la negrilla. El ataque de la pulga verde en tu jardín o tu huerto puede provocar daños muy graves en tus plantas.
¿Cómo es la pulga verde?
El pulgón es un insecto diminuto en forma de pera de color amarillo, verde o negro según la especie. Tienen un aspecto inofensivo y puedes encontrarlos recorriendo los tallos y las hojas más tiernas, pues prefieren los brotes más tiernos para alimentarse. Algunas especies de pulga verde se alimentan de una gran variedad de plantas mientras que otras prefieren un tipo de planta concreto.
Suelen aparece en primavera, con la llegada del bueno tiempo y se multiplican a gran velocidad por lo que es importante detectarlos antes de que infesten tu jardín.
¿Podemos prevenir la aparición de la pulga verde?
La vigilancia y el cuidado de las plantas es la mejor prevención contra la pulga verde, también te recomendamos seguir estos consejos:
- Evita las malas hierbas en tu jardín, pues pueden ser un escondite perfecto para el pulgón.
- Evita los abonos con exceso de nitrógeno.
- Utiliza plantas aromáticas como el romero, la lavanda y la menta para repeler a la pulga verde.
- No elimines los insectos depredadores de la pulga verde como las mariquitas, crisopas, sirfidos y avispillas pues te ayudarán a eliminarlos de forma natural.
- Examina con cuidado el envés de las hojas, una de las zonas donde el pulgón se esconde para que no lo veas.
¿Cómo podemos librarnos la pulga verde?
Si a pesar de la prevención los pequeños pulgones han llegado a tu jardin, toma medidas antes de que la pulga verde se convierta en una plaga:
- Separa las plantas enfermas de las sanas, para que la infestación no pase de unas a otras.
- Corta las hojas y brotes afectados.
- Utiliza insectidas sistémicos, también puedes preparar un repelente casero con ortigas frescas.
- Si la plaga persiste consulta con un especialista en control de plagas que te ayudará a solucionar el problema.